Olga Lopez Cívico
¿Te acuerdas de las migas que dejaban Hansel y Gretel para no perderse y poder volver a casa? Eso es The Work para mi: el camino que me permite acompañarme allí donde esté, sea lo que sea que me esté pasando y encontrar el camino de vuelta a casa.
He vivido muchos años creyendo sin ser consciente, que el mundo era un lugar peligroso. Temiendo no sé muy bien el qué, pero en un nivel casi constante de zozobra interior.
Así que la paz, la calma o la confianza no eran cualidades en las que dejarme caer. Ni tan solo planteables para mí. Solo ideas que perseguir,
Creía que si hacía lo apropiado, era de cierta forma particular (más cariñosa, delgada, con más conocimientos o más dinero) estaría en un lugar seguro. Conseguiría eso que tanto ansiaba: un lugar extraordinario en el que los vaivenes de la vida ya no me alcanzarían o afectarían.
Como consecuencia, la vida me ha supuesto durante mucho tiempo un gran esfuerzo. Siempre algo más que saber, o algo más que conseguir para estar a salvo. Siempre tratando de disimular o queriendo ser quien no podía ser, intentando ganar el aprecio o amor de los demás, aunque el precio fuera olvidarme de mí. Hundiéndome en mi propio infierno, sin dar con la salida.
Desde que practico The Work, la vida sigue siendo casi, casi la misma para mi.
Me enfado, entristezco y me pierdo en ensoñaciones bastante a menudo, pero ahora soy mucho más consciente, estoy mucha más despierta y abierta a la vida.
Tengo planes y sueños, también miedos, enfados y tristezas, y, sigo aprendiendo cada día más a disfrutar y permanecer con lo que hay vivo en mí en este instante. Ya no hay un mejor sitio al que llegar. Ser yo misma es lo mejor que puede ocurrirme, por eso quiero cada vez más acompañarme desde el amor y la amabilidad en este viaje único.
The Work me permite hacer este camino con el corazón más abierto y confiado. No se me ocurre mayor regalo para mí misma y aquellos con los que me encuentro.